El río de la Miel, un sendero entre molinos y cascadas
Escrito por
22.04.2023
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3min. de lectura
Nos desplazamos hasta Algeciras, en la provincia de Cádiz, para disfrutar de una de las rutas de senderismo más agradecidas de este rincón andaluz: la Ruta del río de la Miel, en pleno Parque Natural de los Alcornocales. Un sendero que discurre junto a la ribera del cauce del río regalando bellos enclaves naturales e interesantes elementos culturales.
Para dar comienzo a la ruta nos dirigimos hasta la barriada de El Cobre, junto a las últimas ventas de la carretera que sale hacia Botafuegos y Los Barrios. De dificultad baja, los 2.4 kilómetros de ida apenas se completan en 50 minutos. Una opción de senderismo apta para todos los públicos, independientemente de la condición física, que te envuelve en naturaleza gracias a la exuberante vegetación de su selva tropical.
Sin duda, una excelente oportunidad para disfrutar de la autenticidad de uno de los bosques que ha permanecido tal cual eran estas masas forestales hace millones de años.
La frondosidad de esta masa arbórea es tal que a las plantas trepadoras no les ha quedado más remedio que enredarse a los troncos en busca de algún rayo de sol del que alimentarse, generando con ello un particular ecosistema que ha permitido que especies como el rododendro o el ojaranzo -extintas en Europa- hayan sobrevivido. Este es precisamente uno de los motivos por los que este paraje es uno de los que mayor diversidad y riqueza botánica presenta de todo el espacio protegido.
Debido a la generosa cantidad de agua que nutre la zona, antaño, este lugar fue el elegido para instalar varios molinos harineros. De hecho, uno de estos molinos aún continúa activo a día de hoy, el molino de Escalona, siendo éste el primer punto de interés que nos regala la ruta.
Pocos pasos después, el camino nos obsequia con un bonito puente de piedra de hechura medieval. Un paso que constituyó una importante vía de comunicación entre la bahía de Algeciras y Medina Sidonia.
Tras cruzar el puente, el escenario nos recuerda a un bosque de cuento. Una bella galería de alisos, acebos, helechos protegidos y arbustos nos da la bienvenida y nos cobija bajo el dosel natural que la madre naturaleza ha ido tejiendo con paciencia y buen hacer. Un lienzo de postal que nos recuerda la enorme suerte que tenemos de vivir en un planeta tan fascinante.
Un salto de 5 metros en el río de la Miel
Pocos metros más adelante sale a nuestro encuentro la fuente de las Niñas, un manantial del que brota agua con fuerza incluso en los tórridos días de verano. Seguimos avanzando y un segundo molino, el molino del Águila, nos hace detener el paso nuevamente. Aunque solo queda parte de su estructura, nos permite imaginar la relevancia de su uso años atrás.
Y por fin llegamos a la sorpresa definitiva, la cascada de la Chorrera, una caída de agua de cinco metros de altura flanqueada por sendas rocas que vierte sus aguas en una poza teñida de un bonito tono azul verdoso. Un final de trayecto perfecto para un sendero tan especial como es la Ruta del río de la Miel.
Elísabet García
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Muy bonito
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