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Arrancas el coche, el motor suena como una promesa de felicidad, bajas la ventanilla y el viento entra recordándote que viajar nos hace libres, pones algo de música, tal vez «Born to Be Wild», aprietas el pedal del acelerador (respetando los límites de seguridad vial establecidos) y mirar por el retrovisor para ver cómo dejas atrás las rutinas.
Así comienzan los mejores roadtrips por España. En un país con más de 165.000 kilómetros de carreteras y tantos lugares que ver, aparecen rutas como para estar recorriendo España toda la vida. Pero, como por algún lado hay que empezar, aquí tienes cinco de las rutas más interesantes para recorrer España en coche.
Ruta de la Plata: la ruta 66 de los romanos
Los romanos, grandes ingenieros de lo práctico, construyeron una vía que conectaba Mérida y Astorga. Más tarde, en época medieval, se pasó a llamar la Ruta de la Plata. Hoy, la autovía A-66 ha tomado de aquel antiguo camino su apelativo, aunque ahora su desarrollo sea distinto y su extensión sea mucho mayor. Tiene más de 800 kilómetros que van desde Sevilla a Gijón; o al revés, que para estos menesteres, tanto da empezar por un lado que por otro.
Pongamos a Asturias en el extremo septentrional de la Ruta Vía de La Plata y partamos hacia el sur. Entonces, nuestro punto de partida será la industrial y muy urbana Gijón. Aprovechemos para calentar el estómago con una fabada en Llanera, demos un paseo por el mágico Hayedo o Faedo de Ciñera (en su interior se encuentra un haya catalogada como uno de los cien árboles más singulares de España), sigamos hasta León, maravilla de patrimonio y gastronomía, o paremos en el casco antiguo de Zamora. Más adelante, aguarda la centenaria universidad de Salamanca, el jamón ibérico de Guijuelo, los bosques de Béjar, Zafra, la belleza de Carmona, y la meta la pone la cosmopolita Sevilla.
La Ma-10: la otra cara de Mallorca
La carretera autonómica MA-10 recorre la sierra de Tramontana de punta a punta. Desde Sóller y Pollença, 112 kilómetros que guardan la esencia más secreta de Mallorca. Se inauguró el 23 de julio de 1961 y es un prodigio de ingeniería que vence la difícil orografía de esta parte de la isla sumando curva tras curva. Aquí no se busca la velocidad, que para eso hay otras carreteras más rápidas en Mallorca, si no el encuentro con un paisaje cultural considerado Patrimonio de la Humanidad.
Los pueblos más bellos de Mallorca están en la sierra de Tramuntana. Desde el bohemio Deià a Fornalutx, considerado uno de los pueblos más bellos de España, pasando por la encantadora Valldemossa o la capital de estas tierras, el modernista Sóller, con su tranvía eléctrico. Por el camino aparecen playas sorprendentes como Torrent de Pareis, en Sa Calobra. Precisamente, llegar hasta esta curiosa playa constituye en sí mismo todo un viaje por la famosa carretera MA-2141, un apéndice de la MA-10, diseñado por Antonio Paretti en 1932 y que resulta algo así a una oda a la curva perfecta.
La ruta por la sierra de la Tramuntana sigue hasta alcanzar el mágico cabo de Formentor, el punto más septentrional de la isla de Mallorca.
Ruta de los Pueblos Blancos: de pueblo en pueblo
Esta es de esas ruta que van y vienen, suben y bajan, dan la vuelta y siempre, siempre avanzan hacia nuevas maravillas. Las mejores rutas son aquellas que rompen la dictadura del punto A y del punto B. Y esta, la de los pueblos blancos, lo hace con 19 poblaciones repartidas entre Cádiz y Málaga, en el extremo occidental de la cordillera Subbética.
Se trata de poner rumbo hacia el interior para dar con los antiguos vestigios del Al-Andalus: los entramados urbanos de las callecitas, el blanco radical de las fachadas, el marrón de las tejas, el toque de color en las flores y en el cielo azul, y en los olivos. El sabor lo pondrán los guisos de cuchara y los chorizos y las morcillas.
Hay que parar en El Gastor, que por algo es apodado “el balcón de los Pueblos Blancos” y hacerse una idea del entorno que se va a recorrer. Aquí cada pueblo tiene su cosa: de Olvera, por ejemplo, atrapan el castillo y la iglesia por encima de un mar blanco de casitas; de Grazalema, el blanco entre el verdor de la sierra.
La sorpresa nos la llevaremos en Setenil de las Bodegas, encastrado en la roca; mientras que las curvas conducen a Tolox, ya en Málaga, donde se demuestra bien que eso del street art no es solo para ciudades. Tal vez si hubiera que quedarse con una panorámica que resumiera la belleza de todos estos pueblos, fuera la de Zahara de la Sierra. Lo bueno es que sobre gustos, no hay nada escrito.
Asturias, siguiendo huellas de dinosaurios
De Villaviciosa a Lastres: algo más de 65 kilómetros para ir al encuentro de los fabulosos dinosaurios que andaron por esta costa. Avanzamos kilómetros, pero de lo que se trata es de hacer un viaje al pasado mientras se disfruta de playas emocionantes y de los paisajes del Cantábrico.
Antes de iniciar la ruta no vendría mal hacer una parada en el Museo del Jurásico (MUJA), entre Colunga y Lastres. Saliendo, toca el turno de seguirle las huellas a unos saurópodos que se pueden observar en una senda paralela a la playa de La Griega. A partir de aquí aguardan playas como la de Rodiles, famosa por su ola izquierda que buscan surferos de todo el mundo. Más familiares como la de Ribadasella, acantilados con muchas más huellas marcadas, como el de Tereñes; o pueblos como Tazones, que junto a su faro es una de las panorámicas marinas más bellas de esta zona de costa.
La Mancha, 2.500 km quijotescos
Son muchos kilómetros, pero nuestro medio de transporte no es el triste y flaco Rocinante de Don Quijote. Iremos algo más deprisa, pero en este territorio aún podremos disfrutar de los horizontes, de algunas ventas, de molinos, de los pueblos blancos y de los antiguos viñedos que aparecen en la famosa novela de Don Miguel de Cervantes (no todos los escritores merecen un ‘Don’, pero este sí).
Un buen lugar por donde comenzar es Alcalá de Henares, lugar donde nació Cervantes. Allí, una vez visitado el corral de comedias, la Universidad y el Museo Casa de Cervantes, podremos hacernos una idea clara del contexto en el que fue escrita la universal obra de Don Quijote y Sancho.
Desde Mota del Cuervo, conocido como ‘El Balcón de la Mancha’, a Valdepeñas, donde disfrutar de unos vinos, o desde los paseos por Las Tablas de Daimiel, la crestería manchega con los molinos de viento de Consuegra y así hasta una treintena de lugares donde parar.
José Alejandro Adamuz
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Muchas gracias por la información, nos da muchas ideas para viajar y agrandar nuestra cultura en diferentes ámbitos.
gracias a te !
Dices que eres licenciado en filología hispánica y lo primero metes dos palabras en inglés, playlist y roadtrips.
Sigo leyendo y resaltado en negrita nos hablas de los dinosaurios que «andaron» por Asturias. En serio?
De no ser que la RAE en otra de sus locuras hay aceptado esa forma verbal en los últimos dos años, la forma correcta es «anduvieron».
Me gustaría más información respecto a donde dirigirme para organizar un viaje de ese tipo . Lo he realizado en otras oportunidades