4 rutas por el Parque Nacional de Cabañeros: ciervos, aves y fósiles
Escrito por
17.03.2024
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Las provincias castellano-manchegas de Ciudad Real y Toledo tienen la enorme suerte de contar con uno de los parques nacionales españoles, el espléndido Parque Nacional de Cabañeros y su rica flora y fauna. Son 409 kilómetros cuadrados por los que, entre otros, sobrevuelan a diario ejemplares de la amenazada Águila Imperial. Un auténtico tesoro natural. Hoy te hablamos de rutas por el Parque Nacional de Cabañeros para que puedas disfrutar a pie de este magnífico lugar.
Rutas por el Parque Nacional de Cabañeros
Como no podía ser de otra forma, este espacio protegido cuenta con varias rutas de senderismo para conocer sus diferentes zonas. Hoy vamos a caminar cuatro de ellas.
Sendero de la Plaza de los Moros
Comenzamos con una ruta circular de dificultad baja con apenas 150 metros de desnivel y unos 3,5 km de longitud, el Sendero de la Plaza de los Moros.
Esta ruta, muy próxima a la localidad de Horcajo de Los Montes y que puede hacerse por libre, permite conocer de cerca uno de las mejores representaciones española de Bosque Mediterráneo en el que abundan ejemplares de encina y alcornoque junto con otras especies como el quejigo.
Sendero de la Gargantilla
Continuamos conociendo el Parque Nacional de Cabañeros recorriendo el Sendero de la Gargantilla. Esta ruta, de 5 km y dificultad media ha de hacerse con guía -gratuito- y previa reserva.
El punto de encuentro para comenzar la ruta se encuentra en la puerta de acceso a la finca pública de Gargantilla. Desde allí, tras recorrer 5 kilómetros en coche, se llega al inicio del recorrido.
Gracias a este itinerario, contemplaremos un paisaje extraordinariamente bello y de lo más icónico del parque nacional.
Sendero Macizo del Rocigalgo
Subimos el nivel para completar el sendero de 19 km y dificultad alta que recorre la zona más abrupta y montañosa del Parque Nacional de Cabañeros. El conocido como Sendero Macizo del Rocigalgo.
Si bien es una ruta cómoda, tiene tramos muy exigentes que no son aptos para todos los públicos.
Tras salvar el Arroyo del Chorro, comenzamos el ascenso entre quejigos y robles durante, aproximadamente, 6 kilómetros. Tras ello, nuestros pies caminan 5 kilómetros más en un continuo desfile de subidas y bajadas hasta alcanzar los 1448 metros de altura, el punto más alto de los Montes de Toledo, el Rocigalgo. Por el camino habremos dejado de lado un maravilloso robledal que luce su mejor traje en época otoñal.
Las vistas durante todo el recorrido y, especialmente, desde el Rocigalgo, son grandiosas llegándose incluso a divisar la Sierra de Gredos en días despejados. Es una opción perfecta para avistar el elegante vuelo del buitre leonado.
Ruta Boquerón de Estena
Terminamos con una de las rutas más interesantes del espacio protegido, la denominada Ruta Boquerón de Estena, en la localidad de Navas de Estena.
De naturaleza lineal y baja dificultad, los 8 km de recorrido nos permiten contemplar las huellas del pasado. Un pasado de más de 470 millones de años en el que toda esta zona era muy distinta, pues estaba sumergida por el lleno de vida Mar de Tetis.
Según avanzamos por la ribera salvaje del Río Estena, disfrutando de la belleza del Bosque Mediterráneo, apreciamos marcas rizadas de oleaje, fósiles de anémonas, trilobites y hasta un gusano gigante. Si bien podemos hacer esta ruta por libre, recomendamos realizarla en la compañía de un guía -gratuito- especializado que nos sorprenda con todos los detalles de este increíble museo de geología y biología al aire libre.
Elísabet García
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