Mare de Déu del Far, el santuario que parece tocar el cielo
Escrito por
02.06.2023
|
5min. de lectura
Expresiones como “tocar el cielo con los dedos” ,“llegar al cielo” o “estar como en el cielo”, por decir solo algunas, suelen ser metáforas que expresan de forma poética situaciones de bienestar. Pero hay lugares en los que esa literatura se acerca, aunque sea levemente, a la realidad como en el santuario de la Mare de Déu del Far (Santuario de la Virgen del Faro, en castellano).
Además de estar situado a 1.112 metros de altura sobre el nivel del mar, el santuario Mare de Déu del Far es un lugar que propicia la conexión de cuerpo y mente. Por supuesto, las personas que profesan la fé cristiana tienen un motivo añadido para realizar el viaje: la espiritualidad.
Pertenece al municipio de Susqueda, un municipio de la comarca de la Selva, en la parte de Girona y es un sitio con historia, por supuesto. Las primeras documentaciones que se tienen a su respecto datan del siglo XIII –sobre el faro se tienen noticias desde 1256– y en el siglo XIV ya había personas que subían hasta el santuario ubicado en dicho lugar para profesar su devoción a la virgen.
Los terremotos del siglo XV hicieron que la iglesia se viniese abajo y tuvo que ser erigida de nuevo. A día de hoy se puede visitar dicho templo, piedra y vuelta de cañón, que acoge en su interior una talla gótica de alabastro que representa a la virgen dando el pecho a su hijo, que se restauró y se policromó en 1922.
Ahora, además de la iglesia también hay una hostería que era la antigua casa de los ermitaños. Esta también se tuvo que reconstruir en mayor parte entre 1599 y 1648. Ya en los años 70 del siglo pasado, el santuario volvió a someterse a otro proceso de renovación que le dio el aspecto que tiene actualmente.
Una de las grandes preguntas que pueden surgir en relación al santuario Mare de Déu del Far es por qué este centro de peregrinación se encuentra situado en las alturas de Cataluña. La historia cuenta que unos marineros a la deriva le pidieron ayuda a la Virgen para no naufragar: si ella les hacía el favor, prometieron que erigirían una iglesia en su honor. Sus plegarias fueron atendidas y cumplieron su palabra creando así este santuario que cada domingo recibe a decenas de visitantes.
Desde las alturas, además, se pueden otear unas vistas privilegiadas del pantano de Susqueda, los riscos de Les Guilleries, Tavertet y el Montseny.
Se llega allí por carretera (con muchas curvas), en coche propio o en algunas de las líneas de autobús que salen desde Olot. Los más aventureros pueden subir caminado por una ruta que parte de Sant Martí de Sacalm, no demasiado complicada aunque hay tramos empedrados y por supuesto, es muy pendiente (al fin y al cabo, el objetivo está a 1.112 metros de altura).
Por supuesto, no es el único santuario dedicado a la virgen o a un santo ubicado en un lugar elevado. Un buen ejemplo es la ermita de San Felices en los los riscos de Bilibio, a unos seis kilómetros de Haro (La Rioja). Otro es la del Virgen de Jaraba (Zaragoza), que está directamente encajado en el barranco de la Hoz Seca o, sin salir de Cataluña, la iglesia de Siurana de Prades, entre la sierra del Montsant y las montañas de Prades. Todos son impresionantes pero ninguno es recomendable para quienes tengan problemas con el vértigo.
Los alrededores del santuario Mare de Déu del Far
Como no podía ser de otra manera, en esa parte de la comunidad hay rastros medievales cerca del lugar. El más señalado es el pueblo de Rupit i Pruit. Tiene este nombre porque hasta el año 1977 eran dos localidades separadas pero ahora forman solo uno. Así ahora tiene dos núcleos: el más medieval, que sería Rupit y otro con masías históricas de interés que sería Pruit.
La superficie de la parte medieval no es demasiado extensa, así que se recorre enseguida. Para acceder a ella hay que cruzar un puente colgante. No medieval, por si alguien tiene miedo a que se caiga por la edad. Es de 1945, aunque se recomienda que no haya más de diez personas a la vez sobre él. Sus calles datan del siglo XII y algunas de sus casas tienen su año de construcción grabado. El origen de Pruit es más antiguo, ya que se ubica sobre el siglo X. Su núcleo urbano es más pequeño y entre sus atractivos está la iglesia de San Andrés y su plaza.
Otra buena idea es llegar a él caminando por una ruta que sale del santuario de la Mare de Déu del Far y cuyo recorrido permite ver el conocido Salt de Sallent, una de las cascadas más famosas de la comunidad (cuando lleva agua, claro). Asimismo, hace una parada en el manantial Font de la Pomareda, también muy conocido. Naturaleza, monumentos y Edad Media, tres atractivos a los que es difícil resistirse.
Carmen López