La sequía en España: Europa se calienta el doble de rápido que el resto del mundo
Escrito por
28.04.2023
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Aunque normalmente el mes de abril es conocido por ser el mes más lluvioso del año, en 2023 este dicho no se cumplirá. Según la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet), España solo ha acumulado una cantidad «muy inferior a la normal» de tres litros por metro cuadrado en los primeros 12 días de abril.
La previsión meteorológica indica que es posible que llueva en el tercio norte de la Península en los próximos 10 días, pero probablemente el tiempo seguirá siendo seco en la mayor parte del país. Si la última semana de abril también resulta ser seca, podría ser considerado como el mes más seco de la serie histórica de precipitaciones en España, que comienza en 1961.
Hemos enfrentado una sequía en España de larga duración desde finales del año pasado y esta situación persistirá al menos durante el mes de abril. Esto no es nuevo, ya que, según los datos de la Aemet recopilados por Servimedia, España ha experimentado sequías similares en el pasado, como en 1975, entre 1981 y 1983, de 1992 a 1995 (que fue la más intensa y prolongada), entre 2005 y 2007, y en 2017 y 2019.
Sin embargo, según los datos que ha arrojado el Informe sobre el Estado del Clima en Europa 2022, la situación para Europa es particularmente preocupante: el Viejo Continente ha alcanzado una temperatura media de 2,2 °C por encima de la era preindustrial (1850-1900). Y se está calentando el doble de rápido que el resto del mundo, probablemente porque está desapareciendo cada vez más nieve y hielo de las montañas (que reflejan el sol y enfrían la superficie).
Al analizar el mapa de España, se puede notar que la mayoría de los ríos principales de la península ibérica tienen caudales significativamente más bajos de lo que solían desembocar en el mar en agosto. La sequía climática ha impactado las reservas hídricas que ya enfrentaban una creciente demanda constante. A pesar de las copiosas precipitaciones en marzo y abril en el país, los embalses no lograron recuperarse.
Posteriormente, el intenso calor y las lluvias escasas han empeorado la situación, incrementando no solo la sequía sino también los incendios forestales. Estos han sido tan frecuentes que las emisiones de carbono derivadas de la quema de vegetación han alcanzado su punto máximo en el continente en los últimos 15 años.
Es decir, que a pesar de que España es un país de contrastes climáticos y geográficos, y que se ha enfrentado históricamente periodos de sequía que han afectado tanto a sus ciudadanos como a su economía, en los últimos años estos episodios de sequía parecen haberse vuelto más frecuentes y severos, lo que ha generado preocupación en distintos sectores, incluido el turismo rural.
Problema económico
La sequía afecta a diversos sectores económicos en España, incluyendo la agricultura, la ganadería y la industria. En el sector agrícola, la falta de agua puede provocar pérdidas significativas en la producción de cultivos, lo que se traduce en menores ingresos para los agricultores y un aumento en los precios de los productos básicos.
La sequía también impacta en la ganadería, ya que disminuye la disponibilidad de forraje y agua para el ganado, lo que puede conducir a una menor producción de carne y lácteos.
En cuanto a la industria, la falta de agua puede dificultar el funcionamiento de las empresas que dependen de ella para sus procesos productivos, como la generación de energía hidroeléctrica, la industria química o la producción de alimentos y bebidas.
Turismo
El turismo rural, un sector en crecimiento en España, también se ve afectado por la sequía. La disminución de la disponibilidad de agua puede tener un impacto negativo en la calidad y cantidad de los recursos naturales y culturales que atraen a los visitantes.
Por ejemplo, la sequía puede alterar los paisajes y ecosistemas, provocando la desaparición de humedales, la disminución de caudales de ríos y la degradación de la vegetación. Esto puede reducir el atractivo de las áreas rurales para actividades como el senderismo, la observación de aves y el ecoturismo.
Además, la sequía puede agravar los problemas de abastecimiento de agua en las comunidades rurales, lo que puede afectar la calidad y disponibilidad de los servicios turísticos, como alojamientos y restaurantes. Ello puede disuadir a los turistas de visitar áreas afectadas por la sequía y tener un impacto negativo en la economía local.
Pronósticos
Las proyecciones climáticas indican que, en el futuro, España podría enfrentar sequías más frecuentes y severas debido al cambio climático. Se espera que las temperaturas aumenten, las precipitaciones sean más variables y los recursos hídricos disminuyan en las próximas décadas.
Ante este panorama, es fundamental que España implemente medidas de adaptación y mitigación para enfrentar las sequías y garantizar la sostenibilidad de sus recursos hídricos. Estas medidas pueden incluir la promoción de prácticas agrícolas y ganaderas sostenibles, la modernización de infraestructuras hídricas, el fomento del uso eficiente del agua y la implementación de políticas de gestión integrada de recursos hídricos.
En el sector turístico, es esencial promover prácticas sostenibles y responsables que reduzcan el impacto del turismo en los recursos hídricos y el medio ambiente en general. Ello puede incluir la adopción de tecnologías de ahorro de agua en alojamientos y restaurantes, la promoción de actividades turísticas de bajo impacto y la concienciación sobre la importancia del uso responsable del agua entre los visitantes.
El turismo rural tiene un papel importante en este proceso, dado que puede actuar como un motor de desarrollo sostenible y contribuir a la conservación de los recursos naturales y culturales. Para lograrlo, es necesario adoptar prácticas turísticas sostenibles y responsables que minimicen el impacto del turismo en el medio ambiente y fomenten la conservación y el uso eficiente de los recursos hídricos. El futuro depende de ello.
Sergio Parra