Tenerife, paisaje de Titanes

¿Qué tienen en común las Islas Canarias con territorios tan dispares como Gales, Islandia o Etiopía? Podría ser perfectamente una adivinanza con truco, pero no lo es, sino que se trata de algo mucho más simple y, bien pensado, lógico. En estos y otros lugares se ha llevado a cabo el rodaje de algunas de las escenas de Furia de Titanes, la última película de Louis Leterrier y del actor Liam Neeson.

El paisaje volcánico de Tenerife ha llamado la atención de los guionistas de esta superproducción de Hollywood que ha contado con un presupuesto de 80.000 millones de dólares. El paisaje de las Canarias es espectacular, abrupto, tan árido a veces como frondoso otras, salvaje y todo ello envuelto del poder y la sugestión que provocan la presencia de los volcanes, fuente de creación y destrucción. Los dioses, lógico, han elegido Canarias para escenificar su lucha épica.

Entre los meses de mayo y junio de 2009 se rodaron escenas de Furia de Titanes en varios enclaves de la isla canaria, entre ellos el Parque Nacional del Teide, Buenavista del Norte y la Costa de Icod de los Vinos. Pero no sólo fue Tenerife el lugar elegido, también se rodaron escenas en el Parque Nacional de Timanfaya en la isla de Lanzarote. Se calcula que en conjunto representan cerca del 20 % del total del film.

Hacía más de 40 años que Hollywood no se fijaba en las Islas Canarias para rodar una película multimillonaria, concretamente desde que se trajo el atrezzo y los escenarios para hacer creíble el escenario de Hace un millón de años, una de las mejores adaptaciones cinematográficas que se ambientaron en la Prehistoria.

En esta ocasión, todo comenzó cuando Robin Higgs, responsable de localización de Furia de Titanes, dio el visto bueno para rodar la película en los espectaculares y «titánicos» paisajes canarios. Era una garantía de éxito, Robin Higgs también decidió dónde grabar películas como Piratas del Caribe o Harry Potter.

Aunque la belleza natural de Tenerife y del conjunto de Canarias no necesita de pretextos ni argumentos que jueguen a su favor, sí es cierto que una superproducción como esta va a dar a conocer sus encantos a nivel internacional y quién sabe si también servirá para estimular el deseo de los propios españoles. Hollywood pone la cámara, Canarias el escenario.