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Las tierras de Cáceres a Trujillo atesoran un valor histórico y patrimonial que, lejos de estancarse en el pasado, no dejan de mirar al futuro. Para descubrirlo podemos iniciar nuestro viaje en la ciudad de Cáceres y después continuar nuestra ruta hacia los diferentes puntos de interés. Aunque elegir qué visitar no va a ser una tarea fácil; empezando por la propia capital de la provincia, cuyo casco histórico es Patrimonio de la Humanidad y acoge una vida cultural frenética: música, teatro y danza llenan sus murallas en diferentes festivales y eventos casi cada semana del año. Sus restaurantes, con Atrio al frente (dos estrellas Michelín), compiten por presentar los más deliciosos platos usando las sublimes materias primas que se elaboran con artes ancestrales en esta misma comarca: excelentes jamones y embutidos secados en las sierras de Montánchez y Tamuja, jugosos tomates de Miajadas o las exquisitas tencas de los ríos Tajo y Salor.
Mientras tanto, en las estepas de los Barruecos, rebaños trashumantes mantienen viva una tradición milenaria mientras observan las ultimísimas obras de arte del museo Vostell; en Casar de Cáceres los queseros artesanos miman sus Tortas del Casar a la vez que los viajeros se sorprenden ante su moderna y fluida estación de autobuses.
Sierra de Montánchez
En los cambiantes paisajes de la Sierra de Montánchez y Tamuja viajamos en el tiempo sin necesidad de magia: podemos remontarnos a los inicios de las civilizaciones ibéricas en el castro de Villasviejas del Tamuja, seguir la Vía de la Plata romana, reflexionar en la basílica visigoda de Santa Lucía del Trampal, deleitarnos con los esgrafiados del convento de San Agustín o derrotar a los ejércitos de Napoleón en la recreación de “La Sorpresa de Arroyomolinos”.
Trujillo
Otra magnífica opción para empezar a conocer la provincia es la villa de Trujillo, nombrada Maravilla Rural, una ciudad en la que se suma el legado celta, romano y árabe hasta vivir su esplendor en el siglo XVI, cuando se llenó de casas señoriales y riquezas llegadas de América. En sus calles nacieron Francisco Pizarro, Francisco de Orellana y muchos otros que tuvieron el valor de subirse a un barco y explorar el Nuevo Mundo. Trujillo es cuna también de los exploradores del futuro, siendo sede del Centro Extremeño de Tecnologías Avanzadas, en donde podemos visitar un planetario dentro del claustro de un convento del siglo XV.
Madrigalejo
Muy cerca tenemos Madrigalejo donde falleció Fernando el Católico y donde se dice que fue enterrado su corazón. El último hogar del gran monarca es ahora un museo. También hay otra casa-museo indispensable en Miajadas, la del pintor Massa Solís, apodado el Warhol español.
Y si el patrimonio cultural y gastronómico de estas tierras es apabullante, su patrimonio natural no se queda atrás. Su contraste de paisajes las convierte en el escenario idóneo para adentrarnos castañares haciendo senderismo, retarnos físicamente en rutas BTT, divisar cientos de aves en sus múltiples reservas ZEPA o fascinarnos con el cielo nocturno desde privilegiados miradores celestes como el del Castillo de Montánchez.
Redacción ER
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Me encanta Extremadura
Marivillosa, increible y gran desconocida por muchísima gente Extremadura, sus rincones, sus pueblos, sus paisajes, orgullosa de mis raices.
NO CONOZCO EXTREMADURA, ME GUSTARIA VISITRLA
Pueblos y ciudades espectaculares que nos encantaría visitar.
Tengo muchas ganas de conocer las Hurdes, Guadalupe y Hervas
buena tierra buena gente y lugares extraordinarios,