España puede permitirse el lujo de sacar pecho allá por por su clima, su paisaje, su orografía, sus gentes y, por supuesto, por su rica gastronomía. Así, no es difícil entender que muchas personas en cualquier parte del mundo la tengan marcada como próximo destino, ya sea por placer, o por trabajo. Y, precisamente, por este último motivo, Torre del Burgo (Guadalajara) acabó convirtiéndose en un pueblo con más extranjeros que españoles. Llegados de diferentes puntos del mundo, se instalaron en el municipio para sacar lo mejor de la huerta local: el espárrago.
Según los últimos datos ofrecidos por el Instituto Nacional de Estadística (INE), en Torre del Burgo hay un total de 474 habitantes censados, de los cuales solo 54 son españoles. Para ser precisos, un 88,7% del padrón son extranjeros.
La población de Torre del Burgo ha crecido en más de un 400 % en los últimos veinte años, debido a la paulatina inmigración de estos ciudadanos extranjeros, la mayoría procedente de Bulgaria, aunque también los hay de origen polaco, marroquí, argelino y rumano, entre otros.
Pueblo con más extranjeros que españoles
EscapadaRural ha hablado con José Carlos Moreno Díaz, alcalde de la localidad guadalajareña , quien confirma que en su mayoría son personas procedentes de Bulgaria, las que figuran en el padrón. Sin embargo, sostiene, «muchos no viven aquí todo el año. A veces se van tras la recogida del espárrago, o a trabajar la naranja en Valencia. Otros, en cambio, vuelven a su país de origen hasta que toca regresar por motivos de trabajo».
«Aunque también los hay que se han asentado permanentemente en el pueblo», sostiene el edil, refiriéndose a algunas familias con hijos que decidieron adquirir una propiedad y hacer su vida en Torre del Burgo. «Había algunas parejas en las que el marido era de un país y la mujer de otro», cuenta el edil.
De hecho, son muchos los viajeros que destacan de Torre del Burgo la diversidad cultural que atesora gracias al gran número de nacionalidades que alló+i «hace unos años se elaboró un informe a nivel interno y se contabilizaron hasta 20lugares de procedencia diferentes.
De Standford a Torre del Burgo: todo empezó con unas semillas
Para entender la importancia del espárrago en esta localidad de Guadalajara hay que remontarse a la década de los 90 cuando «Julita, una vecina del pueblo, estaba trabajando en Standford y mandó a su hermano unas semillas de espárragos muy resistentes y productivas.
A partir de entonces, las hectáreas de esta hortaliza se multiplicaron en Torre del Burgo, y con ellas, la llegada de trabajadores desde otras partes del mundo, para cubrir la mano de obra necesaria en estas plantaciones. En la actualidad, según la información ofrecida a ER, hay tres empresas dedicadas al sector del espárrago en la localidad.
Qué ver en Torre del Burgo
A pesar de ser un pueblo de apenas 5 kilómetros cuadrados, Torre del Burgo cuenta con lugares de interés, como una iglesia del siglo XVII, la ermita de Fuente Santa y la Plaza de la Picota.
Además, cerca del pueblo encontrarás el antiguo monasterio benedictino de Sopetrán, construido en el siglo XI en el municipio de Hita.
Su primera fecha de fundación se remonta al año 611, reinando Gundemaro. A lo largo de su historia tuvo varias refundaciones, siendo la última en 1372, en tiempos del arzobispo de Toledo Gómez Manrique.
De este antiguo monasterio se conserva parte de los muros y de su iglesia, donde aún hoy podemos ver los arranques de los soportes del templo (enormes pilares cilíndricos con una columna adosada) que permiten conocer su organización en tres naves. A ambos lados del presbiterio existían dos espacios ocupados por la capilla de la Virgen de Higuera (lado del evangelio) y la sacristía (lado de la epístola). Ésta última tenía planta octogonal y estaba cubierta con bóvedas nervadas.
Y hasta aquí nuestra visita a Torre del Burgo, un pequeño pueblecito a una hora de la puerta del Sol en el que, entre otras cosas, degustarás los mejores espárragos que puedas imaginar.
Verónica Gómez
Periodista, madre de Hugo y Enzo a tiempo completo e investigadora incansable, diría que hasta cuando duermo. Antes en Crónica Global, El Liberal y El Mundo Catalunya