Tres lugares indispensables del patrimonio de Castilla-La Mancha
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21.04.2017
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Sobre el espacio cultural de Castilla-La Mancha siempre emerge la figura de un caballero delgado, con sombrero picudo de ala ancha, bigote de artista y una perilla alargada que descansa en el centro del pecho, trotando sobre un caballo que levanta polvo mientras se aleja hacia unos inmensos molinos de viento. La sombra de Don Quijote cabalga por el imaginario colectivo desde su publicación en 1605.
Por supuesto, el Quijote no es toda la cultura de Castilla-La Mancha, pero sí el símbolo más reconocido. ¿Qué hay entonces de la cultura en Castilla-La Mancha antes del famoso hidalgo? ¿Qué patrimonio medieval podría haber visitado Cervantes en la tierra de la que no quiso acordarse? ¿Y qué expresiones culturales le siguieron al caballero de la triste figura?
En este artículo os hablamos de tres lugares clave para entender la cultura de Castilla-La Mancha y organizar una escapada de enriquecimiento y asombro.
1. Palacio del Marqués de Santa Cruz de Viso del Marqués
Alfonso VII, «el emperador», fue rey de León y de Castilla durante el siglo XII. Murió en Viso del Marqués tras sitiar Almería en 1157.
No es la única curiosidad de Viso del Marqués. En su iglesia, consagrada a Nuestra Señora de la Asunción, cuelga un cocodrilo disecado que trajo el Marqués en una de tantas expediciones al Nilo. Permanece con la boca abierta, bajo el asombro de los feligreses que admiran cómo trepa por la pared hacia el techo.
Pero lo que más interesa de Viso del Marqués es el Palacio del Marqués (el del cocodrilo) de Santa Cruz. Hoy actúa como Archivo General de la Marina Española «Don Álvaro de Bazán». Álvaro de Bazán fue almirante de la Armada. Cervantes lo bautizó como «el padre de los soldados». Al almirante se le atribuye la victoria de la famosa Batalla de Lepanto, donde Miguel de Cervantes (el manco de Lepanto) perdió su mano izquierda.
El Palacio del Marqués de la Santa Cruz podría haber sido construido en una de las mejores ciudades florecientes de la Italia del Renacimiento. Pero se levantó con el mismo estilo renacentista en este pueblo del sur de Ciudad Real cercano a Sierra Morena. Se tardaron 24 años en completar el Palacio que proyectó el pintor y arquitecto Giovanni Battista Castello, «Il Bergamasco», a la orilla del Camino Real: desde 1564 a 1588.
Es difícil contemplar una obra mayor que la de su interior: 8.000 m2 de pinturas al fresco de artistas italianos, con artesonado de madera y yeso.
Más información sobre el Palacio del Marqués de Santa Cruz
2. Los espectaculares tapices gótico-flamencos de Pastrana
Un tapiz es un paño grande, de seda o lana, tejido a veces con oro o plata, en la que se representan, como en los cuadros, episodios memorables.
El Museo Parroquial de Tapices de Pastrana (Guadalajara) reúne una de las colecciones de tapices más importantes del mundo. Tapices del siglo XV que narran las victorias de Alfonso V de Portugal en 1471 sobre los territorios de Arcila y Tánger (ambas en Marruecos).
Para que Pastrana pudiera ofrecer a los viajeros semejante colección ha sido necesario que los tapices se restauraran en la ciudad belga de Malinas, con los trabajos precisos de la Real Manufactura de Wit, y pasearan su estilo gótico-flamenco por las principales pinacotecas de Europa y Estados Unidos.
Los tapices no han acabado en Pastrana, sino que han regresado.
El Museo Parroquial de Tapices de Pastrana abre dos salas adicionales, donde se exponen otras obras de arte de distintas épocas (pintura, orfebrería y escultura), y el panteón de la iglesia con los restos de los Príncipes de Éboli y de los Mendoza del Infantado.
Más información sobre el Museo Parroquial de Tapices de Pastrana
3. Iglesia visigótica de Santa María de Melque
La iglesia visigótica de Santa María de Melque, en Toledo, es un rincón excepcional de la Península. Quien visite Santa María de Melque podría visitar también Siria o Jordania y el último suspiro del mundo romano.
Mirando a su fachada, podría pasar por otra iglesia, pero hay que respirar el aire histórico del interior y leer bien las explicaciones para iniciar la transición a un mundo perdido.
En la iglesia de Santa María de Melque uno asiste a los restos de un gran monasterio que se levantó antes de que los musulmanes conquistaran la Península. Quedan pocos lugares con más de doce siglos de contemplación en nuestro país.
Luego los musulmanes le añadieron una torre y la convirtieron en una fortaleza, militar y del espíritu, hasta que Alfonso VI conquistó Toledo y le añadió las murallas, de las cuales aún se aprecian los restos dormidos de aquel tiempo medieval.
La iglesia está en San Martín de Montalbán, a unos 8 km de la fortaleza que levantaron los Caballeros Templarios en el siglo XII: el Castillo de Montalbán.
Más información iglesia de Santa María de Melque
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Hola buenos dias. La última foto no es de Santa Maria de Melque.