Un día en el Pantano de Sau

Escrito por

29.05.2012

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4min. de lectura

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Pantano de Sau

Sabíamos que había un pueblo al que se llegaba al campanario en piragua y donde las fronteras no las marcaban las señales sino las orillas de un pantano. Pero desconocíamos cuando iríamos a conocerlo personalmente.

Elegimos al Pantano de Sau, en la comarca de Osona (Barcelona), aprovechando las actividades organizadas en los Parques Naturales con motivo del Día Internacional de los Espacios Protegidos del 24 de mayo. Nos levantamos prontito y pusimos rumbo a Vilanova de Sau, en el Parque Natural de Guilleries-Savassona.

Pantano de Sau

El encanto imaginado de los pueblos hundidos

Todo lo que sabíamos de un pueblo hundido era lo que nos proporcionaba nuestra imaginación: corales en las ventanas de antiguas ventanas en lugar de geranios, erizos en la estantería de las especias de la cocina, calles como autopistas demasiado grandes para bancos de peces o los renacuajos en el campanario en lugar de cigüeñas. Un museo bajo el agua en el que el tiempo ya no contaba y se medía por ondulaciones, distorsionado.

Pantano de Sau

Evidentemente no encontramos tal cosa. Lo que vimos fue la punta del iceberg del asunto. En este caso era el tejado triangular del campanario de la iglesia de San Romà de Sau, que salía a la superficie desde el siglo XI. En los límites del pantano, donde debían estar las fronteras del antiguo pueblo, familias y amigos se distribuían la orilla para pasar sus jornadas de pesca.

Pantano de Sau

Vimos cómo salían algunos excursionistas desde una pequeña nave. Era el edificio de la empresa dedicada a servicios de piragüismo, remolque y otras actividades acuáticas en el pantano. Desde allí se dirigían en grupos remando hasta el campanario y algún osado se atrevía a poner los pies sobre aquel techo y se lanzaba de cabeza al fondo de un pueblo silencioso.

Pantano de Sau

Alrededor, montañas boscosas y la promesa de una segunda visita tras dejar el pantano: el monasterio de San Pere de Caserres. Nos informaron en el pequeño puesto turístico de Vilanova de Sau que después de ver el pantano podíamos cruzar de nuevo la presa y bordearlo hasta llegar al monasterio. Allí nos dijeron que habían conservado el lugar para conocer la vida tal y como la conocieron los monjes benedictinos en el siglo XI. Y a fe que lo han conseguido.

Pantano de Sau

En el camino hacia el monasterio vimos grupos de ganado y caballos pastando. La ganadería es una de las principales actividades económicas del lugar, junto con la agricultura y la actividad forestal.

Pantano de Sau

La vida monástica del siglo XI

Con cuidado, por una pista asfaltada estrecha, conducimos 5 km hasta el monasterio de Sant Pere de Caserres. Ya pensábamos que no habrían merecido la pena las curvas y la lentitud cuando vimos el aparcamiento y dos letreros: el del monasterio y el del restaurante.

Pantano de Sau

Aún no teníamos hambre, aunque el olor a paella recién hecha ponía en cuestión nuestras sensaciones. Entramos al restaurante y preguntamos un poco desubicados cómo se iba al monasterio. Nos dijo la camarera: «cruzad el restaurante y 500 m siguiendo el sendero llegaréis». Así fue.

La forma de un monasterio se perfiló a lo lejos, al final del risco, cuando dejamos de asombrarnos con el acantilado que había construido el río Ter a nuestros lados. Allí dentro vimos impresionados el luminoso claustro porticado. Abierto al cielo para recibir el agua, desde aquí se distribuyen las estancias del comedor, la cocina y las habitaciones de aquello monjes benedictinos.

Pantano de Sau

Una fabulosa reconstrucción de mesas, cuencos, jarras, chimeneas y atrios ha dado vida a las estancias del monasterio. Lo que tuvo de esplendor durante la Edad Media se ha recuperado con éxito divulgativo. Pudimos hacernos una idea de cómo eran las horas de comida y de rezo, y también de cómo dormían, sobre camastros de somier de cuerdas, los hombres dedicados al rezo y la contemplación.

Si se eligen los lugares más apartados para levantar iglesias es por el contacto que ello le supone con la naturaleza. Los meandros del Ter a cada lado y nosotros terminando la visita en el antiguo hospicio, donde se daba cobijo a los peregrinos. Hoy se ha dedicado a una sala audiovisual, con bancos y un proyector que ajusta la imagen a la pared triangulada y cuenta la leyenda y la historia del Monasterio de San Pere de Caserres.

Información práctica

Punto de informaciónPg. Verdaguer, s/n – Vilanova de Sau
Teléfono620 131 211
Correoen-guilleries.vilanova@diba.cat
Cómo llegarDirección Vic desde Barcelona por la C-17 hasta el desvío de la N-141.d hacia Vilanova de Sau
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Comentarios

  1. jaume 8 de junio de 2012 a las 16:07 - Responder

    Yo estuve de vacaciones en Tavertet y estuve fantastico. Tanto toda la visita al pantano com la parte de Rupit. Es un sitio espetacular con todas las montañas y los acantilados.

    Un diez por el sitio os lo recomiendo. Ideal para ir con familia.

    Turismo en Cataluña

    jaume.

  2. David 12 de noviembre de 2012 a las 21:07 - Responder

    hola m ‘agradaria saber quina és la temporada de pesca . A l’hivern es pot pescar?
    moltes gràcies.

  3. Alejandro ALVAREZ 31 de julio de 2013 a las 13:38 - Responder

    me gustaria saber si se puede entrar con KAYAK – de forma particular en el embalse de SAU, y de paso en cuales podriamos navegar de la misma manera en CATALUÑA

  4. Javi Rodríguez Godoy 31 de julio de 2013 a las 15:10 - Responder

    Hola, Alejandro:

    Cuando fuimos la pantano vimos una empresa dedicada a actividades con kayak. Suponemos, aunque no podamos asegurarlo, que igual que vimos familias a pasar el día con sus cañas de pescar, sus colchonetas y demás, cualquier ciudadano puede ir con su kayak. No obstante, para asegurarte puedes contactar con el ayuntamiento.

    Sobre otros lugares, te recomendamos, porque fuimos hace muy poco, el Congost de Mont-rebei, entre Lleida y Aragón. Nos encantó:

    https://www.escapadarural.com/blog/el-congost-de-mont-rebei-en-lleida

    Espero que otros viajeros puedan completar la información que necesitas.

    ¡Saludos!

  5. José Antonio Rodero 11 de agosto de 2014 a las 08:10 - Responder

    Llevo muchos años que no voy. Se puede bañar y hay zonas habilitadas para tal cosas

  6. aliciaspigno@hotmail.com 2 de octubre de 2016 a las 04:00 - Responder

    Conocí el pantano una vez que fui a visitar a unos amigos de mi padre en San Juan de las Abadesas. Fueron ellos mismos los que me llevaron. Me pareció increíble y recomiendo que a todos los que se encuentren cerca vayan a visitarlo y recorrer los caminos que conducen a el. Por cierto también les sugiero que vayan a conocer San Juan de las Abadesas ya que es un sitio muy pintoresco y con una rica historia por descubrir cómo el monasterio del pueblo.

    • sofia charlotte 11 de abril de 2023 a las 20:58 - Responder

      a si que guai

  7. sofia 11 de abril de 2023 a las 20:56 - Responder

    Hola estoy asiendo un trbajo de clase de
    ozona i me a gustado mucho ver esta in fotmasion

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