Un título para cada destino: 17 comunidades, 17 libros
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27.08.2021
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13min. de lectura
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Sentarse a la sombra con una buena historia entre las manos para evadirse de la cotidianidad es uno de los mejores placeres de los que se pueden disfrutar en vacaciones. El entorno rural es el lugar perfecto para dejarse llevar letra a letra. Tranquilidad, el ruido de la naturaleza como banda sonora y aire puro para llenar los pulmones, aunque dependiendo del libro puede que en algún momento se corte la respiración.
A no ser que se trate de ciencia ficción, la mayoría de las tramas se suelen ubicar en algún lugar más o menos reconocible de la geografía terrestre. Y resulta que España en general ha servido de escenario para las hazañas de muchos protagonistas. Siguiendo este criterio, se puede elaborar una lista de 17 libros, uno por cada comunidad autónoma. ¿Qué mejor manera de imaginar la acción que conociendo el lugar? Aquí van nuestras recomendaciones, cargadas de crímenes, detectives, viajes y algo de romanticismo.
Galicia: Galicia, de Julio Camba (Fórcola ediciones)
Aunque decía que no tenía sentido enorgullecerse del lugar en el que se había nacido porque de ninguna manera había sido una decisión propia, lo cierto es que el periodista no podía hablar mal de su tierra de origen. No eran loas al uso, porque más bien era de perfilar la ironía que de elogiar de manera directa, pero sus textos sobre Galicia la muestran de una manera tal que dan ganas de coger cualquier medio de transporte para plantarse cuanto antes en la ría de Arousa o alguno de los muchos lugares de esa tierra fascinante.
Asturias: Lo que callan los muertos, Un asesino en tu sombra, Los muertos no saben nadar, de Ana Lena Rivera (Maeva Ediciones)
Ana Leva volvió a su ciudad natal, Oviedo, para ambientar su serie de novelas protagonizadas por Gracia San Sebastián. La mujer que lleva dicho nombre es una investigadora de fraudes a la Seguridad Social que, después de vivir durante años en Nueva York, se muda a la capital asturiana junto a su marido.
Por supuesto, su oficio no es tan fácil como podría parecer en un principio y sus pesquisas la llevan a historias mucho más rocambolescas que cualquier papel falso presentado para cobrar más dinero del que toca. El primero de los libros, titulado Lo que callan los muertos, tuvo tanto éxito que las aventuras de la ‘detective’ siguieron durante dos entregas más. Sus fans estarán esperando una cuarta, sin duda
Cantabria: Puerto escondido, Un Lugar a donde ir, Donde Fuimos Invencibles, de María Oruña (editorial Destino)
Otra saga de novela negra y detectivesca ambientada en el Norte del país que, como se puede comprobar, sirve de inspiración para muchos escritores y escritoras patrios. En esta ocasión, la serie empieza con la llegada de un joven inglés llamado Oliver Gordon a Suances después de heredar una casa llamada Villa marina.
Por supuesto, la vida tranquila del pueblo se ve sacudida tras un sorprendente y macabro hallazgo en la residencia, que parece el detonante de una ristra de asesinatos en la zona. El lector o lectora podrá visitar a través de las páginas localidades como Santander, Comillas o Santillana del mar, bellos emplazamientos aunque sea para descubrir crímenes. El resto de títulos de la saga continúan en la misma línea.
País Vasco: Patria, de Fernando Aramburu (Tusquets)
Si cuando el escritor publicó su novela en 2016 tuvo éxito, su adaptación a la pantalla televisiva terminó de hacerla casi universal. El conflicto de ETA estuvo –y aún está– muy presente en la vida del país durante muchas décadas y las ficciones basadas en él siguen removiendo muchas emociones.
La clave del acierto de Aramburu fue situar su ficción en un terreno lo más neutral posible, contando la historia de dos familias amigas separadas por el impacto del terrorismo en sus vidas. Un libro interesante y que, aunque ya se haya visto la serie, merece la pena leer aunque solo sea para compararlo con la adaptación, que se rodó entre Elgoibar, Soraluze y San Juan de Luz.
Navarra: El guardián invisible, El legado en los huesos y Ofrenda a la tormenta, de Dolores Redondo (editorial Destino).
La trilogía de Baztán ha sido una de las series literarias más exitosas de los últimos tiempos. Tanto, que ha levantado un interés más que considerable en el valle de Baztán, que no para de recibir visitas de los fans de la inspectora de la sección de homicidios de la Policía Foral Amaia Salazar.
Por supuesto, debido al aumento del turismo en la zona han surgido diversas compañías que organizan rutas por las localizaciones de las novelas. En concreto por Elizondo, ya que es el pueblo de origen de la protagonista y en donde suceden muchos de los hechos de la trama.
La Rioja: El porqué del color rojo de Francisco Bescós (editorial Púrpura)
Encontrarse un cadáver mientras se está vendimiando no es una experiencia que apetezca vivir, pero en caso de tener mala suerte es bastante lógico que sea en La Rioja Baja. Esta es más o menos la palanca que activa la historia firmada por Bescós, que enseguida pone a trabajar a la teniente de la Guardia Civil Lucía Utrera, alias la Grande.
La ‘sorpresita’ se encuentra en un viñedo cerca de Aldeanueva de Ebro y la primera sospecha es que se trata de un hombre procedente de Europa del Este, forzado a trabajar de manera ilegal por una mafia. La investigadora empieza a tirar del hilo para resolver el misterio junto a un grupo de guardias sin mucha experiencia y un sacerdote que no controla de manera muy eficiente sus ataques de ira.
Castilla y León: El río del Olvido, de Julio Llamazares (Planeta)
El escritor, uno de los más apreciados de la escena literaria española actual, emprende un viaje a la tierra en la que pasó su infancia. Originario de Vemián, un pueblo de la montaña oriental leonesa, sigue el cauce del río Curueña para adentrarse en senderos, entablar conversaciones con lugareños y comprobar que aquellos sitios que conoció de niño cambiaron sobre todo en número de población.
Llamazares realizó este viaje nostálgico en 1981, así que el tiempo puede haber remodelado la vida en esos pueblos por los que se fue parando. Valdepiélago acoge a turistas que quieren conocer la zona y que posiblemente aumenten gracias a libros como este.
Aragón: Ordesa, de Manuel Vilas (Alfaguara)
Otro libro intimista y de carácter autobiográfico, que se remonta a la infancia del autor para indagar en temas como la pérdida de los seres queridos –el padre y la madre– y el recuerdo geográfico. De ahí su título, Ordesa.
Las palabras de Vilas, profesor de secundaria durante muchos años, llegaron al alma de los lectores que lo convirtieron en el libro revelación de 2018 en gran parte gracias al boca a oreja. Además, las buenas puntuaciones de la crítica especializada terminaron de impulsar al título al olimpo del prestigio literario.
Cataluña: Mediterráneo descapotable (Viaje ridículo por aquel país tan feliz), de íñigo Domínguez (Libros del K.O)
Cadaqués y el Cap de Creus son dos de los lugares iniciales de la ruta que el periodista Íñigo Domínguez emprende un verano por la costa mediterránea del país. El modelo de turismo desaforado que se practicó en España desde los años 60 del siglo pasado ha convertido algunos lugares en auténticos parques temáticos de lo que no debería ser.
Y el escritor pasa por todos ellos, describiendo lo que vive de una manera realmente hilarante. Una buena lectura para tomar conciencia de cómo puede llegar a transformarse el paisaje y la vida de ciertos lugares si no se respetan.
Extremadura: El secreto del agua, de Tomás Martín Tamayo (Diputación de Badajoz)
Los pueblos anegados por el agua de lo que acabó siendo un pantano no son una rareza en España (de hecho en Extremadura suman 21) y Tomás Martín Tamayo decidió en su momento escribir un libro sobre la historia de uno de esos lugares, situado en una localidad de Badajoz llamada Alange.
En la trama del libro –en el que destaca el interés por la vida rural– hay misterios, crímenes, resentimientos y venganzas entre vecinos. La Diputación de Badajoz fue la encargada de editar y publicar el libro en 2017.
Madrid: Manolito Gafotas, de Elvira Lindo (Seix Barral)
Pasar el verano en la ciudad no es fácil y menos en una gran urbe en la que aprieta el calor como es Madrid. El protagonista de este libro, que ya se ha convertido en un clásico, vive en el barrio de Carabanchel Alto y todo el mundo le llama Manolito Gafotas. No es al único al que le ponen un mote: de hecho, él mismo llama a su hermano El Imbécil. Y así todo.
No es un libro que incite precisamente a escoger un lugar para escaparse sino que más bien indica el sitio en el que no es precisamente agradable pasar un estío achicharrante. Es posible que a la cuarta página ya se esté fantaseando con un destino diferente al del protagonista, aunque sea entre las risas que provoca su entrañable personaje.
Castilla – La Mancha: Mi horizonte es mi tumba, de Jorge Ortega García (editorial Atlantis)
Jorge Ortega escogió la zona rural de su lugar de origen, Cuenca, para emplazar la historia del asesinato del alcalde y el médico de un pequeño pueblo. El suceso tiene lugar a finales de los años 50 del siglo XX y es el brigada Valencia la persona a la que encomiendan la labor de resolver el crimen con la ayuda de un equipo de la Guardia Civil rural. Una buena manera de dar emoción a unas vacaciones en el interior.
Comunidad Valenciana: Hasta que salga el sol, de Megan Maxwell (editorial Planeta)
Después de tanto crimen, llega el momento del romance de la mano de Megan Maxwell. Muchos se preguntarán qué ha llevado a una autora anglosajona a utilizar Benicàssim como escenario de acción (¿quizá estuvo de vacaciones?) pero la explicación es muy sencilla a la par que sorprendente. Megan Maxwell es en realidad el pseudónimo de María del Carmen Rodríguez del Álamo Lázaro, una escritora que idea sus tramas desde su chalet situado a las afueras de Madrid y que es una de las que más vende en España.
Este libro está protagonizado por dos hermanas que no tienen nada que ver en cuestión de carácter, que se enamoran a la vez –cada una de un hombre, no del mismo– y que se pasan el verano disfrutando de la buena vida en el pueblo de Castellón y sus alrededores, como Burriana.
Murcia: El lobo de Periago. Historias de la Murcia rural, de Manuel Moyano (Natursport)
Manuel Moyano se quedó prendado de un grupo de mujeres que vio lavando la ropa en un lavadero comunitario en Calatañazor en un viaje con sus padres por Castilla y León. Tres décadas después, decidió remontarse a los tiempos antiguos de la tierra en la que vive actualmente, Murcia (en concreto en Molina de Segura) para escribir una serie de retratos sobre su mundo rural y profundo.
Andalucía: Los aires difíciles, de Almudena Grandes (Tusquets)
Grandes, experta en describir los sentimientos encontrados que pueden darse en cualquier persona, sitúa a los protagonistas de su novela en la costa de Cádiz. Es un pueblo más pequeño que Puerto de Santa María, en el que el levante sopla con ganas cuando aparece, desestabilizando el orden de las vidas de los vecinos.
Quienes hayan vivido esos arranques de viento sabrán cuál es la sensación y también que merece la pena viajar al sur del país pese al aire o cualquier otro inconveniente meteorológico. Un plato de puntillitas y un rebujito solucionan cualquier cosa.
Islas Canarias: Garoé, de Alberto Vázquez-Figueroa (Martínez Roca)
El Garoé, también conocido como til o tilo, es un árbol al que los bimbaches (los primeros pobladores de la isla de El Hierro) consideraban sagrado. Es uno de sus símbolos y, de hecho, sale en el escudo oficial de la ínsula. El escritor, nacido en Santa Cruz de Tenerife y buen conocedor de la historia de su tierra, ubicó la acción de su novela histórica, publicada en 2010, en la isla del garoé.
En ella aparecen elementos como los derechos de los aborígenes, el tráfico de esclavos, las injusticias colonialistas, el amor romántico y las dudas entre la lealtad a los superiores o a los propios sentimientos. El público aplaudió con ganas la obra y la crítica le concedió el Premio de Novela Histórica Alfonso X El Sabio.
Islas Baleares: Pan de limón con semillas de amapola, de Cristina Campos (editorial Planeta)
Una historia de dos hermanas a las que separaron en la juventud y que no se vuelven a encontrar hasta que son adultas, cuando reciben una misteriosa herencia: una panadería situada en Valldemossa, un pueblo de Mallorca. La propietaria original era una mujer a la que ni Anna y Marina, las dos protagonistas, recuerdan en absoluto.
Las dos mujeres, que llevan vidas completamente diferentes, se reencuentran gracias a este enigma que cambiará sus realidades por completo y, a la par que intentan desentrañarlo, también recuerdan conflictos de familia y estrechan su relación.
Carmen López
Soy periodista y escribo sobre cosas que importan en sitios que interesan desde hace más de una década.
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